A mí me gustan los corridos
Porque son los hechos reales de nuestro pueblo
Sí, a mí también me gustan, porque en ellos se canta la pura verdad
Pues ponlos, pues, - ¡órale, ahí va!
Así empieza el álbum el jefe de jefes por los tigres del norte. Pero, debemos creer la palabra de los tigres (Que los corridos son la pura verdad)? ¿Si o no? Hay músicos en cada cultura que son famosos por cantar la historia de la gente. Bruce Springsteen, en los EEUU canta la historia de un hombre nacido en los EEUU que trabaja en la refinería y esta reclutado a pelear en Vietnam (una historia que él no vivía, pero casi fue su destino, escapó la conscripción por centímetros). Los Tigres también cantan de una historia que no han vivido, a veces. Si hay elementos de su música que está basado en sus vidas, que podríamos decir que es la pura verdad. Pero cuando Los Tigres tocaron en Folsom prisión recientemente por el 50 años aniversario del concierto de Johnny Cash, puedes ver un poco de desconecto entre la banda y los prisioneros. Es autoproclamado que los tigres cantan las historias de sus vidas, pero las canciones de los tigres son como esqueletos de las vidas de los prisioneros. Faltan la emoción que cuando un hombre dice en una entrevista que “nunca sabía que cargar una pistola cada día significaba que yo matara un hombre.” La historia de ese hombre cantado por los tigres acaba en 3 minutos con una despedida corta, y ellos han escrito cienes de canciones que acaban así. Tal vez, a su propia manera las canciones de los tigres si cuentan la pura verdad, que la mayoría de las personas reciben su elogia superficial, y después son olvidados inmediatamente. Y eso si me gusta de los corridos, siempre terminan con una estrofa irónica, una declaración de cómo es la vida. Pero aquí viene el desconecto entre los tigres y sus fans encarcelados, porque ellos están cantando a los prisioneros que irónico es que están en su posición, y eso falta la empatía. No puedo quitar el sentido de que están capitalizando de una romanización de cómo es ser criminal, una romanización cuyos constituyentes creían, hasta llegar a la cárcel. Y esa jaula no es de oro, es una jaula de cemento y alambre, pero también es una jaula de ideas, de como es ser un hombre y de que debe hacer una persona para protegerse del mundo peligroso.